sábado, mayo 12, 2012

CRÓNICA: NOEL GALLAGHER VOLÓ ALTO EN LIMA

Músico inglés se presentó ante cerca de 3 mil personas en la tribuna norte de San Marcos, grabó más material para su documental y prometió volver a nuestra “ciudad maravillosa”
La voz de Noel Gallagher irrumpe por los parlantes deteniendo en seco los acordes de una canción de reggae. La multitud toma sus posiciones a la espera del inicio del show, pero es solo una versión de Amorphous Androgynous del tema “If I Had a Gun” (“Shot a Hole Into The Sun”). La gente vuelve a la cháchara, camina y compra a manera de prólogo. Entonces, de forma inesperada (por lo menos para los inexpertos en la dinámica de “The Chief”), aparece puntualísimo Noel Gallagher con sus High Flying Birds (Jeremy Stacey, Russell Pritchard, Mike Rowe y Tim Smith). Así nomás, sin tanto formalismo, prueba un acorde, afina la guitarra acústica y empieza. Lleva la misma chaqueta de cuero con la que se dejó ver en el aeropuerto y en sus paseos por Barranco y el Centro de Lima. En el escenario no hay elementos decorativos ni pantallas ni aderezos inútiles. Él dice que la gente no va a ver, sino a oír y, en este caso, parecer ser cierto.
“Las pequeñas cosas me hacen tan feliz. Es bueno ser libre”, canta Gallagher en el primer tema de la noche, un B-Side noventero de Oasis que parece homenajear al sentimiento de independencia de Noel en su etapa como solista. El público de arranque se pone de su lado y hace su tarea con esmero: cantan, aplauden, saltan, los de la tribuna se ponen de pie. También se saben las canciones nuevas y siguen a Noel en los coros de “Everybody’s on The Run” y “Dream on”. 18 minutos después, él los premia con sus primeras palabras. “Muchas gracias. ¿Cómo se están sintiendo? Es genial volver. Ahora quiero tocar una canción que escribí aquí”, dice antes de empezar con “If I Had a Gun”, coreada por los presentes como si de un himno se tratara. “Love will burn this city down for you “, repiten pensando en Lima y lo que hizo para inspirar a Noel.
¿Debería sentirse afortunado en conectar tan rápido con una audiencia acostumbrada a los greatest hits? Naturalmente sí. Acá, a diferencia de otros puntos de su gira, no le exigen “Wonderwall”, “Live Forever” u otro clásico de Oasis. La gente está feliz con unos repasos de un pasado poco revisado y los temas de un disco nuevo contundente. Noel se hace el desentendido y continúa su ritual del hielo con la mirada perdida en el vacío, concentradísimo en su música y el solo de guitarra que llegaría en “Freaky Teeth”. Luego, afinadísimo en la melodiosa versión acústica de “Supersonic”.
Cuando el piano de “Aka What A Life” empieza a sonar queda clara la fórmula de Noel. Él hace redonda sus canciones para que anden por el mundo por su cuenta. Si no las has oído antes, te enganchan en el instante. Si no la cantas, la bailas. Algunas chicas se dejan ver cargadas sobre hombros; otros elevan carteles con mensajes como “Llévanos contigo a Londres”. Noel se conmueve. “Muchas gracias. Vaya, miren a toda esta gente”, dice y voltea hacia una de las cámaras que registran todo para su documental y les pide una toma abierta, se encienden las luces. “Miren todo esto, por allá, alrededor”, apunta para seguir con la mecánica de intercalar dos canciones nuevas con dos ‘caletas’ de Oasis.
Con “The Wrong Beach” cierra una primera etapa y desaparece junto a su banda en absoluto silencio. Se va sin decir adiós y vuelve sin decir hola otra vez. Se escribe el capítulo de los nostálgicos. Suenan “Let The Lord Shine a Light On Me”, “Wathever”, “Little By Little” y cierra “Don’t Look Back In Anger”. La gente se vuelve “loca”, como dice Noel, y este se despide antes de delatarse en un entusiasmo poco cool. “Gracias por recibirme en su ciudad maravillosa. No sé cuándo ni dónde, pero nos volveremos a ver”. Que así sea.
(FUENTE: DIARIO "EL COMERCIO") MELVYN ARCE RUIZ

No hay comentarios:

Publicar un comentario